20 ago 2012

Taller columna vertebral. Expresión Corporal- Danza. Espectáculo imprescindible

MANIFIESTO EXPRESIONISTA DEL ART BUTOH
¿Cómo nace la estética butoh?
En la década del sesenta los maestros y artistas japoneses Tatsumi Hijikata y Kazuo Ohno crearon e impulsaron esta corriente artística de vanguardia, como respuesta y expresión del dolor colectivo del holocausto nuclear de Hiroshima y Nagasaki. Aquellos artistas que se sumaron al movimiento supieron representar -desde sus diferentes lenguajes- la sensibilidad herida de un mundo atormentado por las bombas atómicas, que rompieron el fino equilibrio entre el universo y el mundo.

Si bien sus fundadores Hijikata - Ohno utilizaron las artes de la danza y la pantomima como su forma expresiva primaria, jamás dejaron de integrar a todas las áreas del arte a intervenir. Entre tantos tomamos el caso del escritor Yukio Mishima -tres veces nominado al Premio Nobel de Literatura-, quien difundiera el butoh entre los intelectuales de la época y escribiera luego la primera pieza de butoh: “Colores Prohibidos”. Junto a él una innumerables lista de artistas plásticos, fotógrafos, cineastas, escritores, compositores, músicos, arquitectos y estudiantes universitarios que incorporaron el butoh y sus principios como propios en la expresión de sus obras.

Entre sus raíces podemos reconocer a las más antiguas tradiciones como el Teatro Imperial Noh y el Kabuki, entremezcladas en una alquimia insuperable con movimientos europeos de posguerra como el dadaísmo, surrealismo y el expresionismo alemán.
En esa tensión entre dos polos geográficos y estéticos media el hombre mismo: su esencia y su ancestral búsqueda de auto-superación.


¿Qué busca expresar el butoh?
El Butoh como forma expresiva busca echar luz sobre aquello que no deseamos ver, dicen sus maestros creadores desde el oriente. Así Tatsumi Hijikata crea el primer grupo de Ankoku Butoh “Moviendo las Tinieblas”, caminar sobre las sombras, buscando llegar a la verdad y a lo sincero y dando entidad a aquello que escondemos. Una estética capaz de revalorizar y dar sentido a la destrucción, que busca generar espacios donde se desdibujen los rótulos y preconceptos, donde los individuos puedan expresarse y encontrar sus esencias sin juicios de valor; donde un insecto es tan bello como una flor naciente. Un espacio intermedio, para crear una realidad paralela, un nuevo mundo con un pensamiento y sentimiento diferentes, donde ni la luz ni la oscuridad son absolutas. Expresar ese lugar se llama art-butoh. Aceptar y mover la propia sombra, habitar la contradicción: ése es el desafío que nos proponen los propulsores de este Manifiesto.