11 jun 2008


La Imagen Corporal”

El espejo ¿aliado o verdugo?”

Mirarnos al espejo para prepararnos, elegir un peinado o una vestimenta, son acciones estrechamente vinculadas a la imagen de nuestro cuerpo que tenemos internalizada. No se trata de una imagen objetiva sino de una representación mental que está siempre en construcción. Se forma a partir del conocimiento que tenemos de nuestro cuerpo y sus partes, y está fuertemente relacionada con nuestra identidad. Las enfermedades o lesiones corporales la alteran así como la modifica la interrelación con los demás. Nuestra IC se transforma también por la mirada de los otros tanto como por nuestra propia mirada.

Una característica importante de la IC es la noción de “envoltura” o “envase” que está relacionada justamente con la vestimenta, el maquillaje y el peinado. Si bien hay una buena parte de sello personal en la elección de estos atributos, la misma se da en un marco que nos integra a un grupo social al que sentimos pertenecer y funciona como una tarjeta de presentación.

Las emociones influyen también sobre la imagen que tenemos de nosotros mismos. Cuando estamos tristes o deprimidos no nos conforma, mientras que la sensación de alegría aparece acompañada de satisfacción por nuestro aspecto físico.

La autoestima es otro factor determinante de resultados en la percepción que tenemos de nosotros mismos. Si nuestra autovaloración es baja seguramente no aprobaremos nuestra imagen corporal, no nos gustaremos. Vale remarcar la importancia de combatir ideas negativas sobre nosotros mismos, de no utilizar el espejo como un verdugo y de evitar los juicios negativos referidos a nuestro cuerpo, como así también al de los otros.

Una manera de trabajar sobre estos aspectos para mejorar la relación con nuestro cuerpo es la práctica de un trabajo corporal conciente y expresivo que enriquecerá nuestro “yo corporal”. Una mejor relación con el cuerpo nos habla de una mejor relación con la persona que somos en general.

Cristina Soloaga