10 dic 2007

El desamparo

Este año tuve la suerte de desarrollar un taller de música y movimiento con un grupo de niños y adolescentes en situación de calle. Chicos que tienen una configuración familiar muy complicada por lo que resulta como consecuencia y más conveniente agruparse en grupos de pares y vivir en estacionamientos, plazas, esquinas, etc. este trabajo está incluído en un programa del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Qué gran aprendizaje!!. Si bien era un desafío para mi estable tarea de enseñar, (estabilidad ganada con los años de experiencia), fue altamente gratificante poder establecer un vínculo de afecto con estos chicos y jóvenes.
Personas que nacen y crecen en condiciones lamentables, sin la satisfacción mínima de sus necesidades, con la punición constante de sus comportamientos desadaptados por parte de las autoridades, y con la irreversible pérdida de su capacidad de soñar. Les hablo de chicas y chicos de 13 años, 16 años, 25 años..... personas que no cuentan con ningún círculo da amor que los incluya y los proteja.

En el taller,utilizando la música, el canto, el baile, la guitarra, se pudo satisfacer en alguna medida las necesidades de vincularse con este tipo de actividades como práctica en sí misma y como terapéuticas a la vez. Traer a la superficie las emociones y sentimientos que evocan las manifestaciones de la música popular. Autoafirmarse a través de sus gustos musicales y abandonar aunque fuera por un momento la rivalidad con los otros. Poder compartir el canto y el baile con los demás.
Este fue un trabajo detonador de muchas ideas y propuestas. Sólo faltará atraparlas del aire de las ideas y transformarlas en la tierra de los hechos. Duro trabajo .

Trabajo para compartir, así que quien fortuitamente lea este texto y le interese el intercambio sobre lo que se puede hacer, encantada estaré de leer sus comentarios y ponerme en contacto.